Mateo 18:12
Abel fue pastor de ovejas (Génesis 4).
Las ovejas han sido desde siempre parte del paisaje humano; lana, comida, sacrificio, riqueza, parábola.
Se compara al hombre con oveja o cordero, tal vez por la mansedumbre, el sentido de comunidad, su necesidad de cuidado y dirección.
En esta ocasión se nos habla de cien ovejas, ¡Ah!, que bellas canciones nos han deleitado con esta historia y qué bien se comprende en la NTV: “Si un hombre tiene cien ovejas y una de ellas se extravía, ¿qué hará? ¿No dejará las otras noventa y nueve en las colinas y saldrá a buscar la perdida? Si la encuentra, les digo la verdad, se alegrará más por esa que por las noventa y nueve que no se extraviaron.
De la misma manera, no es la voluntad de mi Padre celestial que ni siquiera uno de estos pequeñitos perezca.”
Todos hemos sido esa oveja.
Dios nos muestra en esta historia su gran amor, su cuidado personal, su preocupación por cada uno. El profeta nos detalla " Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros." (Isaías 53:6)
Cuando una oveja se descarría hay una alegría muy particular al ser hallada por el pastor; una oveja siempre es valiosa. Solo el pastor sabe las noches de miedo que su oveja sufrió al extraviarse y los peligros a los que estuvo expuesta.
Si un "descarriado" regresa ¿habrá la misma alegría en su comunidad?
El hermano Charles Spurgeon hace una acotación refiriéndose a esta historia:
“La primera tentación es de despreciar a uno, porque solamente es uno; la siguiente es de despreciar a uno, porque ese uno es muy pequeño; la siguiente, y quizá la forma de la tentación más peligrosa, es de despreciar a ese uno, porque ese uno se ha descarriado.”
Un ser humano siempre es valioso, sin duda, más que una oveja.
"No es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños..."
Para leer más del Pr. Spurgeon:
https://recursosespanol.com/autor_orador/charles-spurgeon/