Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
Mateo 12:34
-"Es que son malos" dijo con encono el hincha furibundo cuando perdió el equipo de sus amores.
Hemos sido testigos una y otra vez de las derrotas futboleras.
Los jugadores no se ponen de acuerdo en la cancha, el técnico los disculpa frente a las cámaras y nunca se resignan a entender que el rival fue superior si pone más goles en el arco.
"Jugamos bien", "Hicimos un buen juego" son frases para animarse unos a otros.
Es difícil asumir que no son suficientemente buenos o eficientes contra un rival superior. Tal vez, digo tal vez, es esa la razón que pueden perder competiciones, dinero invertido e ilusiones por el suelo.
Es la historia de equipos, selecciones, campeonatos, asumir la propia deficiencia será un paso hacia el cambio necesario.
Un equipo se evalúa en la cancha.
El Señor Jesucristo nos enfrenta a una disyuntiva crucial, como los jugadores son evaluados por sus resultados, nosotros somos evaluados de diferentes maneras, en esta ocasión nos asegura que lo seremos por nuestras palabras.
"Porque de la abundancia del corazón habla la boca."
Si tenemos amargura en el alma, por la boca brotará amargura.
Si hay amor, saldrán expresiones afectuosas.
Las palabras revelan lo que somos como los goles revelan la calidad de un equipo en la cancha.
Suecia 2- Chile 0
Pura y santa matemática.
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