jueves, 27 de junio de 2019

¿Creer o no creer? El tamaño de la fe.

#Día 178
"¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?"
Mateo 17:17

Esta declaración o exhortación del Señor Jesús, que nos parece a simple vista tan fuerte, no es más que la reprensión de un Maestro a sus discípulos, quienes acaban de reprobar una evaluación.
Una pequeña muestra de que aún no están listos para continuar solos la obra de Dios.
El problema no es el tipo de demonio que tiene este joven, el problema es la falta de fe de sus discípulos, lo cual les resta autoridad para actuar.

Estas palabras que parecen tan duras de parte de nuestro Señor Jesucristo, no son más que el reflejo de la eterna experiencia del ser humano.
 Este pasaje es una directa alusión a Deuteronomio 32:5.

El pueblo de Israel fue testigo presencial del poder y gloria de Dios, vio milagros portentosos, como las plagas en Egipto, el cruce del Mar Rojo en seco, vieron y degustaron el maná que descendió del cielo, las codornices que Dios proveyó para su alimento, el agua que brotó de la roca, en fin… tanta gloria de Dios que debería haberlos transformados en personas de una fe incondicional, pero contrario a ello, al parecer todo lo que experimentaron de la presencia de Dios no impacto radicalmente sus vidas, en el momento menos pensado le dieron vuelta la espalda y le fueron infieles.

Aquí vemos a los discípulos, en una situación semejante, vienen bajando del monte de la transfiguración donde presenciaron la gloria de Cristo, han visto muchos milagros y hechos sobrenaturales durante todo el tiempo que han compartido con el Señor, pero ante un desafío que debió ser simple y sencillo -liberar a un joven endemoniado-, se manifiesta su incapacidad para desarrollar la suficiente fe que les permita ser testigos, una vez más, de un milagro como este.

Nos pasa muchas veces lo mismo,  frente a pequeños desafíos de la vida, nos encontramos incapaces de creer y nuevamente acudimos al Maestro, esperando que Él lo haga todo porque nosotros no hacemos nada.
Frente a esto, me pongo a pensar y me pregunto, ¿cuántos milagros de Dios he visto, en mi propia vida y en mi entorno?
¿Soy yo parte de ese grupo al que Jesús llama ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo he de estar con vosotros?; aquellos que necesitan todavía seguir viendo para creer, aquellos que necesitan que el Maestro haga milagros, porque de otra manera no pasará nada?

¿Te animas a confiar en Dios, de tal manera que te permita actuar y tu fe te lleve a ser instrumento de Dios para hacer milagros a través de tu vida?
¿Hasta qué punto el poder de Dios que se ha manifestado en tu vida despierta tu fe?


Texto de hoy: Escritora asociada
Verónica Jeldres



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