"Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos?"
Mateo 3:15
Eran días de fiesta.
Eran los días más grandiosos que el hombre ha presenciado.
Dios mismo se había encarnado como ser humano, comprender eso es más de lo que la mente finita puede asimilar.
Cuando Dios envía a Moisés donde Faraón le da un mensaje: “Deja ir a mi pueblo a celebrarme fiesta”.
Cuando una persona se arrepiente hay fiesta entre los ángeles del cielo.
Cuando un hijo regresa al hogar el padre hace fiesta.
Está Dios con nosotros ¿cómo podríamos estar de luto, andar cabizbajos y negarnos a comer las delicias que se nos ofrecen en Su Presencia?
El pueblo de Israel continuamente celebraba fiesta al Señor.
Los salmos nos invitan a la alegría en todas las expresiones.
¿Cuándo fue que nos pusimos graves, ascéticos, pálidos y medio aguados?
Tal vez con los eremitas de la Edad Media.
Tal vez con los conventos y la tendencia de ser monje o anacoreta.
O ¿es posible que la búsqueda de santidad tenga como "leitmotiv" que se eviten las expresiones de humor y risa?
No lo tengo muy claro. (Recibo comentarios).
Jesús está con nosotros y en nosotros a través de su Espíritu.
Somos hijos del mismo Padre
¡¡¡Aleluya!!!
Una canción de fiesta:
No hay comentarios:
Publicar un comentario