¿No es el que se sienta a la mesa?
Mas yo estoy entre vosotros como el que sirve."
Lucas 22:27
Sentarse a la mesa aparte de ser un momento social es un acto de amistad y comunión.
El Señor compartió muchas veces una mesa con sus discípulos. Alrededor de una comida se pueden conversar temas profundos relacionados con el alma y el espíritu.
“Las culturas siempre han envidiado a la persona que es servida. En la antigua china, las personas ricas muchas veces dejaban que sus uñas crecieran muy pero muy largas, tan largas que no podían hacer nada por sí mismos, y esto era visto como una señal de estatus.” (Guzik)
Cuando realizamos eventos, la mayoría desea sentarse a disfrutar de la mesa servida, pero el Señor -en esta ocasión- desea que cambiemos ese paradigma y asumamos la calidad que Él pide de cada uno, ser como Él, servidores.
¿Te imaginas si en un mes no trabajaran los recolectores de basura?
Le damos mucha importancia a los puestos de trabajo que tienen mejor nivel de ingresos, pero hay servicios tan imprescindibles que si faltaran nos generarían muchas complicaciones.
Sin ir demasiado lejos, la falta de Metro en nuestra ciudad de Santiago genera una serie de inconvenientes que todavía no podemos dimensionar.
Nuestra conclusión natural al meditar en esta palabra es que el servicio del cristiano es de primera necesidad y el Señor instala ese pensamiento cuando asegura "...así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos. (Mateo 20:28)
Hoy podemos prestar un gran servicio a nuestro mundo, orar al Padre que haya paz en los corazones, que los gobiernos sean sabios en sus decisiones, que el Señor Jesucristo sea glorificado cada día.
Creemos que los orantes son esenciales para nuestro mundo. Sumémonos.
Y una bella canción para animar el corazón: