Lucas 20:23
Los fariseos hicieron de la persecución una actividad religiosa sin tregua.
A la caza de una persona que no se atrevían a mirar a los ojos; ellos sabían que Jesús conocía su interioridad, no había lugar para esconderse de esa mirada.
Buscaron los recursos en los mil laberintos de sus mentes como si una vocación sagrada los moviera.
Y aparece una palabra:
Tentación.
La tentación con diversidad de caras, casi todas seductoras.
Una oferta atractiva, una imagen bien marketeada –sabido es que la atracción va unida a la vista-, un buen discurso, persuasivo y atingente.
El Señor Jesús fue tentado, no solo por los líderes religiosos que -en una evidente porfía-, le buscaron el punto débil, nunca lo encontraron, aun cuando pasó por sufrimientos extremos.
<¿Por qué me tentáis? Si había algo de exasperación en la voz de Jesús cuando dijo esto, no era solo de su parte. Es fácil imaginarnos lo que Jesús pensó, “¿Por qué siguen probándome cuando siempre pierden? ¿Por cuánto tiempo seguirán haciendo esto?”> (Guzik)
Me han preguntado si es lo mismo prueba que tentación.
La Palabra de Dios nos aclara:
“Cuando alguno se sienta tentado a hacer lo malo, no piense que es tentado por Dios, porque Dios ni siente la tentación de hacer lo malo, ni tienta a nadie para que lo haga”.
(Santiago 1: 13)
“Las pruebas demostrarán que su fe es auténtica. Está siendo probada de la misma manera que el fuego prueba y purifica el oro, aunque la fe de ustedes es mucho más preciosa que el mismo oro. Entonces su fe, al permanecer firme en tantas pruebas, les traerá mucha alabanza, gloria y honra en el día que Jesucristo sea revelado a todo el mundo.”
(1 Pedro 1:7)
Que haya paz en tu alma.
Dios te dé los mejores días de tu vida.
Pasajes paralelos:
https://apuntes2019.blogspot.com/2019/07/la-sutil-trampa-de-la-adulacion-dia-191.html
https://apuntes2019.blogspot.com/2019/08/por-que-me-tentais-dia-228.html
No hay comentarios:
Publicar un comentario