Mateo 16:8
En el nuevo testamento la levadura simboliza la falsa doctrina de los líderes religiosos.
Los fariseos y saduceos eran líderes religiosos judíos de los dos diferentes partidos y sus puntos de vista eran diametralmente opuestos en muchos aspectos.
Los fariseos seguían con cuidado sus normas y tradiciones religiosas, creyendo que ese era el camino a Dios. También creían en la autoridad de todas las Escrituras y en la resurrección.
Los fariseos eran legalistas que reducían la religión a fórmulas y ceremonias.
Los saduceos eran racionalistas y materialistas; negaban los elementos sobrenaturales de la religión.
Los saduceos sólo aceptaban los libros de Moisés como Escrituras y no creían en la vida después de la muerte.
Los fariseos y saduceos continuamente demandaban señales en el cielo. Intentaban explicar los milagros de Jesús apelando a experta manipulación, casualidad o uso de poderes malignos. Ellos creían que sólo Dios podía hacer señales en los cielos, y estaban seguros de que esa sería una proeza que Jesús no podría realizar.
Aquí la petición de una señal indicaba una resistencia odiosa a la misión de Jesús, y éste no quería que sus discípulos se contagiaran con el escepticismo de sus opositores. Los pensamientos de los discípulos, sin embargo, estaban fijos sobre cosas más materiales, ¡ellos pensaban que hablaba acerca de pan propiamente!
El Señor en su palabra nos hace notar que tener esta clase de interés era señal de poca fe, especialmente cuando hemos experimentado cómo Jesús suple nuestras necesidades físicas.
Hoy te invito a no contagiarte de la incredulidad y materialismo.
Vivimos en un mundo en donde abunda el escepticismo y el consumismo materialista es el pan de cada día. Que nuestros ojos estén puestos en los tesoros de los cielos, y no en las cosas efímeras de esta tierra.
¡El Señor es nuestro Pastor, y nada nos faltará!
(Salmo 23:1)
Texto de hoy: Escritor asociado
Luis Santos V.
Te regalo una hermosa canción, si la escuchas por esta vez con los ojos cerrados la disfrutarás mejor.