¿Por qué me preguntas a mí?
Pregunta a los que han oído, qué les haya yo hablado; he aquí, ellos saben lo que yo he dicho.
Juan 18:21
En este simulacro de juicio -donde ya estaba definido que el Señor moriría-, la autoridad busca una incriminación que confirme la justicia que, supuestamente, será “justa”.
A esas alturas del proceso nadie retrocedería para anular una pena de muerte acordada.
Solo se buscan subterfugios que acallan conciencias (si es que las hay) o documentos legales que no atribuyan responsabilidades a posteriori.
La verdad sale a la luz, aun después de muchos años.
El Señor no les dará chance.
Si quieren saber algo de Su persona, hay miles que le han oído por 3 y 1/2 años, han visto cada día sus obras, su compasión, su amor.
“Al caer la noche, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su sola palabra, expulsó a los demonios y sanó a todos los enfermos.” (Mateo 8:16)
Ellos fueron testigos.
¿Y qué de ti?
¿Qué podrías decir de el bien que tu Señor te ha dispensado a través de todos estos años?
¿No sigue la mano de Dios extendida para ayudarnos?
Si de alguna cosa estamos seguros es que el Señor Jesucristo solo nos ha hecho bien, ha dignificado la existencia, nos ha dado paz aun en la densa oscuridad.
En esta noche a pesar de todo, Él nos da paz.
(Pintura de Francisco Ribalta: Los apóstoles)
No hay comentarios:
Publicar un comentario