"¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?
Las palabras que yo os hablo, no las hablo por mi propia cuenta, sino que el Padre que mora en mí, él hace las obras."
Juan 14:10
“Cristo es la imagen visible del Dios invisible. Él ya existía antes de que las cosas fueran creadas y es supremo sobre toda la creación”
Colosenses 1:15
“…pues como ellos no creen, el dios de este siglo les ha cegado el entendimiento para que no resplandezca en ellos la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.”
(2 Corintios 4:4
Comprender la deidad de Cristo no es sencillo, pero puede resultar un ejercicio muy potente para nuestra vida espiritual y ¿por qué no decirlo?, para nuestra vida social y cotidiana.
Entendemos bien su humanidad y sus enseñanzas, hemos leído o escuchado con atención los evangelios, nos impresionan los milagros, pero saber su relación eterna es algo que va más allá de la razón. Como tan bien lo dice el apóstol Pablo: “Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres.” 1 Corintios 5:19
“…la fe cristiana no es un “salto en el vacío” ciego e irracional, ni una fe mística y vaga en la fe misma. La fe cristiana se apoya en el fundamento sólido de la evidencia abrumadora. Jesús apuntaló la fe
decaída de los discípulos recordándoles primero sus palabras, que no las habló por su propia cuenta, sino por el poder perenne del Padre. ” (MacArthur)
Quizás el desafío para los días futuros sea exactamente eso: Conocer al Señor Jesucristo en una dimensión mayor, más real, más amplia y más sólida.
Nos hará bien.
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