Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban?
Juan 8:10
Toda acusación tiene una rigidez difícil de armonizar con el sentido de justicia que se desea conseguir.
En innumerables ocasiones la falta no concuerda medianamente con la condena.
La pena puede ser muy elevada o injusta si el procesado es inocente; dependerá del buen abogado o de lo ecuánime del juez, incluso afectará el resultado el buen dormir o comer que tuvieron los representantes ese día.
Una amiga se ha visto envuelta en un largo litigio de divorcio, años gastados en tiempo y dinero, varias apelaciones y días de sinsabores, desgaste emocional incluido.
A veces los procesos jurídicos llegan a puntos ciegos donde todos pierden.
En esta historia que nos relata Juan, hay intenciones veladas y hechos reales que nos enseñan verdades acerca del justo juicio que todo ser humano espera.
Por un lado la mujer, decididamente culpable ante la ley judía.
Por el lado de los acusadores, la ocasión exacta para “cazar” a un maestro íntegro, el Señor Jesús. La aplicación de justicia como excusa para una final audaz, acusar al Señor.
Y el Cristo que nos sorprende con su mirada lateral de la realidad y da esos vuelcos inesperados que nos asombran. Sacó al pizarrón (por decirlo así) a los acusadores escribiendo sobre la tierra.
¿Qué escribiría?
Gran misterio.
Solo que cada frase escrita, cada palabra que leyeron fue un disparo a su conciencia, una revelación de sí mismos, tanto que se retiraron uno a uno en silencio.
¡Vaya!
La historia: Evangelio de Juan 8:1-11
"—Maestro, encontramos a esta mujer cometiendo pecado de adulterio. En nuestra ley, Moisés manda que a esta clase de mujeres las matemos a pedradas. ¿Tú qué opinas?
Ellos le hicieron esa pregunta para ponerle una trampa.
Si él respondía mal, podrían acusarlo.
Pero Jesús se inclinó y empezó a escribir en el suelo con su dedo.
Sin embargo, como no dejaban de hacerle preguntas, Jesús se levantó y les dijo:
—Si alguno de ustedes nunca ha pecado, tire la primera piedra.
Luego, volvió a inclinarse y siguió escribiendo en el suelo."
En Cristo está el punto exacto de la justicia que no es ciega ni rígida; una justicia que incluye la misericordia y la restauración. De otra manera estamos todos condenados.
Que haya paz en tu alma.
La foto del día:
Familia de elefantes, reserva de Zimbabwe, noviembre 2019.
https://www.britannica.com/place/Zimbabwe/The-economy
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