"¿Qué pensáis del Cristo? ¿De quién es hijo?
Le dijeron: De David."
Mateo 22:42
Todo se inicia con un pensamiento.
Toda decisión o respuesta obedece a ese primitivo pensamiento que nos domina, sea positivo y en algunos casos lo contrario.
Podemos contenerlo por un tiempo como a un caballo con brida, pero a la larga brotará en una provocación que no esperamos. Como alguien dice "espera que te pisen los callos y ahí sabremos".
Podemos saber qué pensamiento es el que nos gobierna cuando nos enfrentamos a un problema, un imprevisto, un dolor o una gran alegría.
A menudo te preguntan ¿qué piensas?
Y respondes, “en nada”.
Siempre nuestra mente está trabajando,
¿piensas en Cristo durante el día?
Pensar en Él un poco más allá de la invocación matutina, un poco más de cómo Él respondería, cómo Él haría tal cosa; un poco más real.
El Apóstol Pablo nos instruye:
“Las armas con que luchamos no son del mundo, sino que tienen el poder divino para derribar fortalezas. Destruimos argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para que se someta a Cristo” (2 Corintios 10:4-5 NVI)
Cantamos una canción “mi pensamiento eres Tú, Señor”, como una afirmación y si eso se aplica a la vida cotidiana seremos más felices, más serenos, más constantes, más misericordiosos.
Pensar en Cristo, vivir como Cristo, ser como Cristo.
Un Manual del buen pensar.
http://mundomejorchile.com/manual.htm
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