"...y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová"
Malaquías 1:6
Hay un lugar de Chile donde sus habitantes se definen a sí mismos como “pueblo sin ley”.
Cuando les conocimos pudimos comprobar que solo era una “chapa”; resultaron respetuosos y buenos vecinos, tal vez el mote lo pusieron los antiguos para infundir temor en los visitantes indeseados (no lo tengo muy claro).
El Señor le dio al pueblo de Israel un decálogo, sin embargo siglos antes de eso existía la reverencia, el respeto y el temor a Dios.
Y definimos temor no como el miedo irracional a una divinidad airada, sino como lo dice tan bien el salmista: “El temor del Señor es la base de la verdadera sabiduría; todos los que obedecen sus mandamientos crecerán en sabiduría. ¡Alábenlo para siempre!”
(Salmos 111:10)
Al terminar el Antiguo Testamento, la humanidad era tan imperfecta como hoy; hemos crecido en cantidad de habitantes pero los males endémicos permanecen.
A pesar del tono beligerante del pueblo y las preguntas de Dios, el profeta Malaquías termina su libro con una nota optimista, muy optimista, en realidad:
Sin embargo, para ustedes que temen mi nombre, se levantará el Sol de Justicia con sanidad en sus alas. Saldrán libres, saltando de alegría como becerros sueltos en medio de los pastos.
¡¡¡Gloria al Señor, Dios Santo y Creador nuestro!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario