"Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?"
Juan 11:26
Creer es perturbador.
Más aún, creer que hay otra vida.
Algún intolerante se ha burlado de la resurrección.
Como algún día lo dijimos, se puede creer en el sol, las estrellas, las runas, las ánimas y mil ítems, porque somos seres de fe.
Necesitamos creer.
¿Por qué algunos se atribuyen el privilegio de decirnos en qué creer o no creer?
El Espíritu de Dios es el que ilumina la mente y el corazón para buscar a Dios y glorificarle; la revelación pasa por una real búsqueda de la verdad.
El apóstol Pablo lo explica tan claramente:
“Pero díganme lo siguiente: dado que nosotros predicamos que Cristo se levantó de los muertos, ¿por qué algunos de ustedes dicen que no habrá resurrección de los muertos?
Pues, si no hay resurrección de los muertos, entonces Cristo tampoco ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, entonces toda nuestra predicación es inútil, y la fe de ustedes también es inútil.
Y nosotros, los apóstoles, estaríamos todos mintiendo acerca de Dios, porque hemos dicho que Dios levantó a Cristo de la tumba.
(...)
En ese caso, ¡todos los que murieron creyendo en Cristo están perdidos!
Y si nuestra esperanza en Cristo es solo para esta vida, somos los más dignos de lástima de todo el mundo.
Lo cierto es que Cristo sí resucitó de los muertos.
Él es el primer fruto de una gran cosecha, el primero de todos los que murieron.” (1 Corintios 15:12-20)
Ruego a Dios te dé la revelación de Su Persona y la fe para creer que, así como el Señor Jesús nació en Belén, venció la muerte en su resurrección, proveyendo para nosotros la vida eterna.
En esa esperanza nos movemos.
Y una bella canción para recordar el nacimiento del Señor: Hosanna, nació el Salvador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario