" Jesús conoció que querían preguntarle, y les dijo: ¿Preguntáis entre vosotros acerca de esto que dije: Todavía un poco y no me veréis, y de nuevo un poco y me veréis? Juan 16:19
Estas palabras de nuestro Señor Jesús se ubican en el contexto de la última cena, que el Evangelio de Juan nos relata con muchos más detalles que el relato de los otros evangelios.
Ha llegado el momento de que Jesús se separe de sus discípulos, puesto que está a momentos de ser entregado por el traidor y finalmente cumplir su misión: ser el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
Llegó el momento de la cruz, la muerte, y la separación de la vida diaria y cotidiana con sus discípulos. Esto afecta a quienes comparten con él la mesa y estas palabras quedan en sus retinas sin entender muy bien.
Todavía un poco y no me veréis, esto es, la captura de los soldados, la cruz y la muerte hasta la tumba; luego un poco y me veréis el Cristo resucitado, vencedor ascendiendo a la Gloria primera.
Un poco de dolor para la gloria eterna, simplemente esto es lo que los discípulos tuvieron dificultad para asimilar en ese momento.
Sin embargo, si nos ponemos a pensar en lo práctico del caminar cristiano, siguiendo los pasos de nuestro Maestro y Señor, esta misma experiencia se trasunta a este caminar. Nos toca vivir momentos de dificultad; nos toca sufrir un poco, pero siempre nuestro buen Dios está en control, siempre es “un poco”, llorar y sufrir un poco, firmes en la fe, porque viene luego la respuesta gloriosa del Padre y la alegría y gozo nos envuelve.
El dolor de los discípulos al ver a Jesucristo en la cruz, versus el regocijo de verlo resucitado en medio de ellos. Esto es parte de la vida cristiana, caminamos por fe, una fe firme sobre la roca que es Cristo, el que venció la muerte con poder.
¿Has tenido que llorar a veces por la causa de Cristo en este caminar del evangelio tan glorioso? Espera porque todavía un poco y le verás, verás la gloria de Cristo en aquella situación que te produjo tristeza, cambiando tu lamento en danza.
Estamos en este mundo que produce aflicción, pero todavía un poco y le veremos venir en las nubes a buscar a su Iglesia: Cristo Victorioso, viene, un poco y le veremos, para llevarnos al Padre por la eternidad.
Cuando llores, recuerda que, en Cristo, muy pronto reirás.
Dios te bendiga.
Texto de hoy: escritora asociada
Verónica Jeldres
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