Marcos 8:18
Fui a solicitar licencia para conducir; el doctor me exigió lentes para corregir una leve debilidad visual.
Voy al oftalmólogo, de lo contrario no obtendré el documento.
En muchas situaciones cotidianas nos sometemos a ciertas exigencias ¿por qué no aplicar esa misma rigurosidad a nuestra vida espiritual?
El Señor usa (con severidad incluso) las preguntas como si blandiera una espada:
—¿Por qué discuten por no tener pan?
¿Todavía no saben ni entienden?
¿Tienen el corazón demasiado endurecido para comprenderlo?
Tienen ojos, ¿y no pueden ver?
Tienen oídos, ¿y no pueden oír?
¿No recuerdan nada en absoluto?
(Marcos 8:16-20)
“Detrás del entendimiento y la razón está la mente o voluntad del hombre. Si no desea comprender, nunca comprenderá. Compárese Juan 7:17. Mientras los discípulos desearan pensar en un reino terrenal, no tendrían comprensión en las cosas espirituales del reino de Dios.” (Reeves)
Con el ajetreo diario tendemos a perder el orden de las prioridades.
Nos preocupan cuestiones que no tienen un significado eterno: cosas triviales ocupan nuestra mente e interés y, sin embargo, no vemos la gran necesidad de servir fielmente al Señor.
Nos motivan mucho más las cosas temporales que los asuntos espirituales.
Necesitamos ver la realidad más allá de este breve tiempo y oír lo que el Señor Jesús nos está indicando.
Oración: Señor Dios, ruego que tu Santo Espíritu nos dé una clara visión del propósito de esta vida y lo que deseas de nosotros en este tiempo; afina y limpia nuestros oídos para escuchar y hacer Tu voluntad. Amén.
Una buena indicación, aquí:
https://apuntes2019.blogspot.com/2019/05/la-importancia-de-una-buena-vision-dia.html
https://www.clinicabaviera.com/blog/7-curiosidades-sobre-los-ojos/
Para oír: Salmos 121
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