jueves, 4 de julio de 2019

Polemizar, un ejercicio con resultado incierto. #Día 185

"Respondiendo Jesús, les dijo: Yo también os haré una pregunta, y si me la contestáis, también yo os diré con qué autoridad hago estas cosas.
El bautismo de Juan, ¿de dónde era? 
¿Del cielo, o de los hombres?"
 Mateo 21:25

Era una familia que todo lo discutía; los hijos regateaban acerca de sus derechos como hijos, la esposa rebatía en casi todo y él, bueno, para él todo tema era digno de discusión.
Los hijos se fueron jóvenes del hogar, hastiados de tantos altercados contradictorios, el matrimonio terminó en divorcio sin posibilidad de avenimiento, finiquitaron litigando en tribunales.
El Señor Jesucristo nunca cae en el juego de discutir por discutir, como si hacerlo fuese un ejercicio creativo para desplegar argumentos.

Cuando ve venir la controversia le da una “vuelta de tuerca”,  cambia totalmente el giro con alguna historia u otra pregunta.
Nos sucede frecuentemente.
Hay personas que les gusta pulsear, jugar a medir fuerzas teológicas.
Nos provocan con preguntas impropias ¿no te ha pasado?
La típica, "¿por qué si Dios es bueno hay tanto sufrimiento?"

El Señor nos enseña la sabiduría del cielo para responder adecuadamente a cada persona. El trato que dio a los fariseos fue muy distinto a la cortesía que tuvo con el centurión romano, el ciego de nacimiento  o con su amiga Marta.
Que el Espíritu Santo nos dé palabras de paz y consuelo por sobre la tentación de la polémica. Tal vez ganemos una controversia pero no sanemos un alma.


La historia:
https://www.biblegateway.com/passage/?search=Mateo+21%3A23-27&version=RVR1960

Una descripción de personalidades:
https://cartografiaemocional.wordpress.com/2015/04/08/como-nos-motivamos/ 

Tips linguisticos:
https://es.wikipedia.org/wiki/Vuelta_de_tuerca_(argumento)

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