#Día 102
¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo?
Isaías 44:7
Todas las generaciones han querido saber qué trae el futuro, todas han buscado adivinos, profetas, magas, videntes, tantos como intereses hubo, hay y habrá.
Sin duda, no podríamos negar que existen cualidades especiales, sensibilidad, mucha observación, psicología y un conjunto de datos sociológicos, económicos y estadísticos que ayudan a pronosticar ciertos acontecimientos.
También –por qué no decirlo- un gran negocio a nivel mundial
La Palabra de Dios autorizó a determinado profetas que alinearon y ordenaron al pueblo israelita a través de anuncios con el único propósito que este volviera a Dios y se dedicara a observar sus leyes.
La adivinación por sí misma es condenada categóricamente:
“Tampoco permitas que el pueblo practique la adivinación, ni la hechicería, ni que haga interpretación de agüeros, ni se mezcle en brujerías, ni haga conjuros; tampoco permitas que alguien se preste a actuar como médium o vidente, ni que invoque el espíritu de los muertos”.
Deuteronomio 18:10-11 (NTV)
Dios tiene en su mano tu vida, tu presente y tu futuro, Jesús nos previene contra esta inquietud: “No se preocupen por el día de mañana, porque mañana habrá tiempo para preocuparse. Cada día tiene bastante con sus propios problemas.” Mateo 6:34
Y si por esas peregrinas inclinaciones curiosas quieres saber el porvenir, lee tu Biblia con la ayuda del Espíritu Santo, será la mejor guía que aquietará todo temor y te dará la seguridad que nuestro Padre nos ampara siempre.
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