jueves, 28 de marzo de 2019

#Día 87 ¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?

#Día 87 
¿Tienes tú un brazo como el de Dios? 
¿Y truenas con voz como la suya? 
Job 40:9

Me considero un seguidor del fisicoculturismo, aunque estoy a años luz de practicarlo.
Uno de los mayores exponentes del fisicoculturismo es Phil Heath, quien ha ganado el Míster Olympia la no despreciable suma de seis veces. ¡Sus bíceps miden 56 cm! Con un solo brazo, es capaz de levantar a una hombre adulto de 80 kilos
¡Definitivamente Phil es un hombre fuerte!

Por otro lado, siempre me ha gustado la opera. Particularmente, he tenido un especial gusto por las voces de los barítonos.
El barítono es el registro medio de la voz masculina, entre la de un bajo y el de un tenor. Es una voz aterciopelada y muy potente. Sus agudos se diferencian de la voz del tenor por ser más oscuros y sus graves se diferencian de la voz del bajo por ser más ligeros y brillantes.
Se trata de la voz masculina expresiva por excelencia, con mucha claridad, flexibilidad, fuerza y esplendor.
Según mi opinión, el mayor exponente de este tipo de voz es Dietrich Fischer-Dieskau.

En el libro de Job, ya en sus últimos capítulos, podemos ver como Dios interroga a Job.
Dios comienza con preguntas sobre la tierra, el mar, el alba. Luego continúa con preguntas sobre algunos fenómenos de la naturaleza como la luz, la nieve, el granizo y la lluvia.
Dios continúa su interrogatorio a Job con preguntas sobre el mundo de los animales.
En este momento, Dios hace una pausa para escuchar la respuesta de Job.

Así,  al comienzo del capítulo 40, Dios se detiene en su interrogatorio para dar a Job una oportunidad de responder.
Como dice el predicador John Piper: “Job está comprendiendo el mensaje. Una criatura finita que no tiene sabiduría para hacer funcionar este mundo, y es definitivamente ignorante del 99.999% de este proceso nada puede instruir a su Hacedor y Gobernador sobre cómo hacer funcionar el mundo, ni siquiera para condenar a Dios por el modo en que lo hace funcionar”.

El versículo 9 del capítulo 40 de Job es demoledor: “¿Tienes tú un brazo como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya?” En otras palabras Dios le estaba preguntando a Job…Acaso… ¿Eres tan fuerte como yo? ¿Tienes la autoridad que tengo yo? ¿Tienes alguna posibilidad de levantarme la voz?
La respuesta es obvia, no nos podemos enfrentar a Dios.
Ni Phil Heath, el fisicoculturista de brazos fuertes y enormes, ni la voz del gran barítono Dietrich Fischer-Dieskau, son capaces de compararse a la Omnipotencia y Señorío de nuestro Dios.
Muchas veces ha escuchado a numerosas  personas decir: “Yo me pelee con el Señor”. ¡Esto es una forma muy peligrosa de expresarse!
Tengamos cuidado al expresarnos de una manera tan descuidada y arrogante al Señor.
Dios es Todopoderoso, y el hombre que disputa con Dios demuestra falta de sabiduría y buen juicio. Seamos como Job, que finalmente termina rendido humildemente ante el Señor y reconociendo su grandeza.


Texto de hoy, Escritor Asociado
Luis Santos Vera

Para escuchar a Dietrich Fischer-Dieskau
https://www.youtube.com/watch?v=bZZqZTKoFcM

Pintura de:
Sieger Köder




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