Éxodo 23:5
Hacer un favor al amigo no es difícil.
A un vecino o a un pariente es fácil.
Ayudar al enemigo esa es otra historia, aquel que ha hablado mal de ti, el que te ha estafado, el que te calumnia o te agrede, seguramente lo pensamos más de una vez si nos pide un favor.
La vida de Cristo a veces se pone cuesta arriba, pero el poder de Dios que actúa en nosotros nos ayudará en nuestras debilidades.
El Señor Jesucristo lo pone muy claro: “…yo les digo que amen a sus enemigos y pidan en sus oraciones por los que los persiguen.
De esta forma, ustedes serán hijos de su Padre que está en el cielo.
Él hace que el sol salga tanto para los malos como para los buenos y que la lluvia caiga tanto para los justos como para los injustos.
Si ustedes solamente aman a los que los aman, ¿creen que merecen alguna recompensa por eso? Incluso los cobradores de impuestos aman a sus amigos.
Y si ustedes sólo son buena gente con sus amigos, ¿creen que están haciendo algo fuera de lo común? Hasta los que no conocen a Dios son así.
Por eso, sean ustedes perfectos así como su Padre que está en el cielo es perfecto.” Mateo 5:44-48 (PDT)
Oración: Padre Nuestro que estás en los cielos, ayúdame a ser amable y misericordioso aun con aquellos que me han ofendido. Que el poder de tu Espíritu Santo obre en mi hoy. Amén.
Representación:
Joven alimentando a un asno. Mosaico bizantino del siglo V.
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