miércoles, 2 de enero de 2019

# Día 2: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo?

 Antes del pecado.
Después del pecado.
La desnudez no es el tema aquí sino la conciencia de saber que algo no está bien, la situación cambió radicalmente. 
Vergüenza, temor, culpa, desconcierto,  turbación, toda la gama de pensamientos y sentimientos que se nos vienen encima cuando sabemos que hemos quebrantado la ley natural de Dios.
Se vistieron con hojas de higuera.
Las soluciones humanas siempre se quedan cortas, el Señor en su gran misericordia los cubre con la vestimenta correcta. ¿No ha hecho lo mismo con nosotros?
La gran tragedia humana es ocultar la culpa con argumentos humanos, filosofías que tratan de aplacar la conciencia, negar el pecado y buscar subterfugios, algunas salidas hasta honorables, pero ineficaces. 
Solo Cristo es perfecto para presentarnos delante de un Dios Santo.
Solo la sangre de su sacrificio expiatorio..
“Vestíos del Señor Jesucristo” dice el apóstol. Solo así estaremos salvaguardados.


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