Después del pecado.
La
desnudez no es el tema aquí sino la conciencia de saber que algo no está bien, la situación cambió radicalmente.
Vergüenza,
temor, culpa, desconcierto, turbación,
toda la gama de pensamientos y sentimientos que se nos vienen encima cuando
sabemos que hemos quebrantado la ley natural de Dios.
Se
vistieron con hojas de higuera.
Las
soluciones humanas siempre se quedan cortas, el Señor en su gran misericordia
los cubre con la vestimenta correcta. ¿No ha hecho lo mismo con nosotros?
La
gran tragedia humana es ocultar la culpa con argumentos humanos, filosofías que
tratan de aplacar la conciencia, negar el pecado y buscar subterfugios, algunas
salidas hasta honorables, pero ineficaces.
Solo Cristo es perfecto para presentarnos delante de un Dios Santo.
Solo la sangre de su sacrificio expiatorio..
Solo Cristo es perfecto para presentarnos delante de un Dios Santo.
Solo la sangre de su sacrificio expiatorio..
“Vestíos del Señor Jesucristo” dice el apóstol. Solo así estaremos salvaguardados.
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