sábado, 2 de noviembre de 2019

Historias del alcohol (parte uno). #Día 306

Jesús le dijo: ¿Qué tienes conmigo, mujer? 
Aún no ha venido mi hora. 
Juan 2:4

Aquella boda fue memorable.
Por primera vez vi una torta de novios de tres pisos, toda una hazaña para los escuálidos años económicos y las recatadas tradiciones del pueblo.
Y brindamos con champaña como la mayor trasgresión a las costumbres evangélicas.
A mi amiga Delia –poca práctica de beber - se le fue el alcohol a la cabeza y la desquició por un momento. Entre llantos, hipos y demasías le enrostró a la novia que ese hombre “había sido suyo” y  ella lo amaba todavía.
(Ahí todos nos sonrojamos).
Alguien con bastante tino se la llevó de vuelta a casa pero el estropicio cambió el tono de la fiesta.

En la ocasión el apóstol Juan nos relata  la situación un poco distinta -pero problema al fin-,  que se  podría haber transformado en un desastre si el Señor no interviene..
En una fiesta judía no podía faltar  el vino;  causaría deshonor a la familia del novio que- generalmente- ofrecía el festejo  y de pasadita daría una sensación de infelicidad en  los novios..
Un descuido, una insignificancia puede opacar un gran evento.
¡Ah!, qué importantes son los detalles cuando agasajamos a alguien.

En esta historia del Evangelio de Juan (cap 2) faltó el vino.
Pero ahí está el Señor Jesús, disfrutando la fiesta; Él entiende que los seres humanos somos de ceremonias y actos sociales que generan recuerdos y afirman el sentido de pertenencia.
¡Qué alivio cuando está la Presencia del Señor en los lugares!
Hasta lo más prosaico se soluciona con éxito.

María, la madre del Señor le hace notar esta necesidad.
Como evangélicos abstemios  podríamos  pensar que era una insuficiencia sin importancia ¿quién puede determinar eso sino Dios?
¿Qué tienes conmigo, mujer? , le pregunta, como si no se tratara de su madre.
El escritor McArthur nos lo explica en breve en su comentario de Juan:
“La declaración, junto con la manera en que Jesús se dirige a María tan formalmente, mujer en lugar de madre, le dejaba saber a ella que su relación común ya no sería lo que había sido mientras Él crecía en Nazaret. Su ministerio público había comenzado y las relaciones terrenales no determinarían sus acciones. María ya no se relacionaría con Él como su hijo, sino como su Mesías, el Hijo de Dios, y su Salvador”.
Ese fue el primer milagro que Jesús hizo y " manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él."
El Señor Dios es nuestro proveedor, aun en esas necesidades que consideramos superfluas.

La historia completa aquí:
https://www.biblegateway.com/passage/?search=juan+2&version=NBV

Comentario del evangelio de Juan Mc. Arthur
http://www.elolivo.net/LIBROS/Macarthur-Juan.pdf


La foto del día:
Una jirafa recién nacida en Sudáfrica, disfruta los cuidados de su madre. Octubre 2019.






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