lunes, 21 de octubre de 2019

El día de la oportunidad. #Día 294

"Y a ellos dijo: Cuando os envié sin bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? 
Ellos dijeron: Nada."
Lucas 22:35  

Escucho voces que amenazan con el apocalipsis, no en el sentido bíblico, en el sentido de derrumbe, catástrofes y toda cantidad de males.
En la historia del mundo se han elevado esas interrogantes colectivas; se vive más en el futuro o en el pasado que en el aquí y el ahora.
Los discípulos fueron enviados en una misión sin mochila ni enseres y el Señor les pregunta ¿les faltó algo?
Hemos sido enviados a este mundo, a veces es amable a veces hostil; sí, hemos amanecido a un día nuevo y quién nos envía es el mismo Dios, independiente de la recepción que haya en los oyentes.
El apóstol nos describe "Esto quiere decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando al mundo consigo mismo, sin tomarles en cuenta sus pecados, y que a nosotros nos encargó el mensaje de la reconciliación. (2 Corintios 5:19)
Somos enviados a curar, sanar, escuchar, consolar, interceder  y hacer todo lo que el Señor hizo.
Si nos preocupamos demasiado por las cosas materiales se nos obstruye la comprensión espiritual. Demasiado ocupados para ser enviados.
Entendido.
Las oportunidades tienen fecha de caducidad y si no las tomamos otros los harán; Dios no se quedará sin mensajeros, ni te lo imagines.
Os digo que si éstos callaran, las piedras clamarían. (Lucas 19:40)
¿Te falta algo para hacer la obra de Cristo?
Disponibilidad es lo que el Señor requiere, el resto corre por cuenta del que envía. Él capacita y provee los recursos.
Hoy es nuestra oportunidad.

Y una buena canción mientras reflexionamos el siguiente paso:
Levanto un ¡Aleluya!





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