Lucas 12:56
El pronóstico del tiempo es un tema recurrente todos los días.
Una amiga me dice, “esta primavera bipolar me ha provocado todas las alergias, ya no sé ni qué comer ni cómo vestir para no andar regalando virus."
Concordamos, el clima está cada vez más disperso y caprichoso.
Seguramente los israelitas de la época del Señor Jesús tenían sus tips para pronosticar los cambios meteorológicos y lograr que su economía se mantuviera estable, aunque no siempre lo lograron.
Los santiaguinos podemos estar de acuerdo en algo, cuando la Cordillera de los Andes se oscurece con nubes densas, lloverá, es seguro.
La brisa más intensa, el aroma de los brotes nos aproximan a entender que la primavera viene a paso suave y evidente.
Tenemos una buena percepción del medio ambiente y las estaciones, sin embargo nos cuesta distinguir los cambios espirituales, el mover del cielo para cada generación, las señales progresivas hacia un fin.
Detrás de cada noticia, de los actos gubernamentales, los tratados comerciales y los cambios valóricos nos aproximan cada vez más a la profecía bíblica.
El consejo del Señor es absolutamente pertinente hoy: Manténganse listos, con la ropa puesta y con su lámpara encendida. Sean como los siervos que están pendientes de que su señor regrese de una fiesta de bodas: en cuanto su señor llega y llama, ellos le abren enseguida. ¡Dichosos los siervos a los que su señor encuentra pendientes de su regreso!
¡Maranatha,
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Digresiones:
“…la política, que es el arte posibilista de forjar acuerdos,
entró a la sala de cuidados intermedios …”
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