jueves, 28 de febrero de 2019

#Día 59.- Y la escarcha del cielo, ¿quién la engendró?

"Y la escarcha del cielo, ¿Quién la engendró?"
Job 38:29
A lo largo de la historia de la humanidad, la mayoría de las culturas han sentido una gran atracción por la  nieve.
Su belleza y su misterioso proceso de formación han hecho de ésta objeto de leyendas, símbolo de pureza y protagonista de las más bellas prosas y poesías.
La ciencia nos dice que los copos de nieve se forman en la atmósfera cuando las gotas de agua fría se congelan. Dependiendo de su recorrido, la temperatura y la humedad del aire donde se forman, los cristales de hielo resultantes crecerán en una infinidad de formas diferentes.
Se dice que todos son distintos, esto se debe a que cada copo recorre entre el momento de su formación y la llegada al suelo, una serie de condiciones atmosféricas distintas a las otras. La ciencia también ha descubierto que los copos de nieve formados a temperaturas inferiores a -22°C (se lee menos veintidós grados Celsius) consisten principalmente en placas y columnas de cristal simples, mientras que los copos de nieve con amplios patrones de ramificación se forman a temperaturas más cálidas.

Dios ha hecho maravillas.
Nos muestra su majestad y poder creador a través de la inmensidad del cosmos, la imponente Cordillera de Los Andes y también a través de un microscópico e insignificante cristal de hielo.
Un pasaje poético y de sabiduría que habla de este fenómeno atmosférico y que lo atribuye a la soberanía divina sobre los fenómenos de la naturaleza lo hallamos en Job 38:29:   ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿Quién la engendró?

Si puedes leer el capítulo 38 del libro de Job, podrás darte cuenta  que Dios le hace a Job un intenso interrogatorio el cual podemos resumir en una gran y final pregunta: ¿Es posible que expliques mi creación?
Sin duda una pregunta complicada.

Los científicos modernos llevan un par de siglos en eso, y si bien es cierto actualmente podemos explicar matemáticamente muchos fenómenos de la naturaleza, por ejemplo, la gravedad o la rotación de los planetas, aún nuestro conocimiento de la creación es ínfimo.
Un sabio científico dijo una vez: “Cada puerta que abre la ciencia encuentra a Dios”.

Volviendo a Job, la esencia y propósito de este interrogatorio era hacer que se diera cuenta de su propia incompetencia e incapacidad para encontrarse con Dios de igual a igual.
No podemos ir delante de Dios con nuestra propia justicia.
Más adelante podemos ver que cuando Job se arrepiente de esa actitud de creerse justo en sí mismo, Dios le restauró (Job 42:7-17)
Y la escarcha del cielo, ¿Quién la engendró?
Sólo el poder creador de Dios es capaz de producir tan fascinante y bello fenómeno atmosférico. ¡Que toda la creación se maraville y se rinda ante la Omnipotencia de nuestro Dios!

Texto de hoy, Escritor Asociado:
Luis Santos Vera.


Para leer Job 38:
https://www.biblegateway.com/passage/?search=Job+38&version=RVC

Un poema de Gabriela Mistral:
Mientras baja la nieve
http://amediavoz.com/mistralORO.htm#MIENTRAS%20BAJA%20LA%20NIEVE



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